Tiempo Ordinario

pausa

En medio del ruido y las distracciones de la vida, tómate un momento para aquietar tu corazón. Reflexiona sobre los caminos suaves y firmes por los que Dios te guía: A través de la creación, las Escrituras y los tranquilos impulsos del Espíritu. ¿Estás alineando tu camino con el de Dios?

escucha

La Instrucción del Señores perfecta, reavivando el propio ser. Las leyes del Señorson fieles, haciendo sabios a los ingenuos. Las normas delSeñor son correctas, alegrando el corazón. Los mandatos delSeñor son puros, dando luz a los ojos. Honrar al Señor es correcto, perdurable para siempre. Los juicios delSeñor son verdaderos. ¡Todos ellos son justos! Son más deseables que el oro¡que toneladas de oro puro! Son más dulces que la miel¡incluso la que gotea del panal! No lo dudes tu siervo se ilumina con ellas; hay una gran recompensa en conservarlos.

Salmo 19:7-11

piensa

La palabra de Dios es una guía para todos los aspectos de nuestra vida, que ofrece sabiduría, alegría y claridad. El salmista habla de la palabra de Dios de varias maneras distintas: instrucción, leyes, reglamentos, mandatos y juicios. Todas ellas son formas en que Dios nos guía. Los caminos de Dios nos refrescan y nos reorientan, señalándonos el camino de la rectitud que conduce a las recompensas espirituales. Cuando valoramos la palabra de Dios como algo más precioso que el oro, nuestros corazones se alinean con la voluntad de Dios, lo que garantiza que caminemos por los caminos de Dios con confianza y paz. Hoy, en un mundo abrumado por las opciones, confiar en los mandatos de Dios eclipsa los deseos materiales y ofrece una satisfacción más profunda. Igual que la miel complace el apetito, las directrices de Dios nutren el espíritu, conduciéndonos a una vida con propósito y recompensa.

Ida Tyree-Hyche Hill

Pregunta para ponderar:

¿Cómo puede la valoración de la palabra de Dios como «más preciosa que el oro» y «más dulce que la miel» moldear la forma en que tomamos decisiones y respondemos a los retos de nuestra vida cotidiana?

Ora

Señor, ayúdame a atesorar tu palabra por encima de todo y a obedecerla de todo corazón. Guíame para que camine cada día a la luz de tu verdad. Amén.

Ve

Avanza con determinación,

llevando la alegría del Señor en tu corazón,

caminando con valentía por los caminos de Dios,

y compartiendo la luz con todos los que encuentres.