Tiempo Ordinario

pausa

«Oh alma, ¿estás cansada y atribulada?

¿No ves luz en la oscuridad?

Hay luz para mirar al Salvador,

Y la vida más abundante y libre».

“Vuelve tus ojos a Jesús”, estrofa 1

escucha

«Entonces el rey dirá a los de su derecha: ‘Venid, los que recibiréis bienes de mi Padre. Heredad el reino que os fue preparado antes del principio del mundo. Tuve hambre y me diste de comer. Tuve sed y me disteis de beber. Fui forastero y me acogisteis. Estaba desnudo y me diste ropa que ponerme. Estuve enfermo y me cuidasteis. Estuve en la cárcel y me visitasteis'».

Mateo 25:34-36

piensa

Soy planificadora. Me encanta reflexionar sobre una oportunidad o un problema y encontrar el mejor camino a seguir. Creo que el primer paso en la planificación es hacerse preguntas. ¿Qué voy a hacer a continuación? ¿Por qué es importante? ¿A quién puedo preguntar para encontrar mis próximos pasos?

Empezamos pensando en los que nos hacen sitio. Junto con nuestro texto de hoy, nuestro enfoque debe cambiar. Se trata menos de quién nos hizo un hueco -cómo nos encontramos por primera vez con el amor de Dios- y ahora más de lo que hacemos para compartir ese amor con los demás. El paso de alguien que recibe amor a alguien que lo da requiere atención e intención.

La atención, nuestro enfoque, cambia nuestra intención, cómo empezamos a actuar. Por hoy, permanezcamos en el intermedio. Mientras esperamos para actuar, debemos hacer una pausa y pensar. También debemos volvernos hacia Dios, preguntándonos cómo podríamos ser llamados a movernos para crear espacios acogedores para los demás. ¿Quién puede necesitar comida en tu vida? ¿Quién puede necesitar ropa? ¿Quién podría necesitar una visita?

Daniel Potter

Pregunta para reflexionar:

¿Dónde puedes empezar a crear espacio para que otros se sientan bienvenidos en el cuerpo de Cristo?

Ora

Al pasar de recibir tu amor a compartirlo, necesito tu ayuda, Dios. ¿Quién a mi alrededor necesita sentir tu amor: ser alimentado, dado de beber, acogido, vestido, cuidado o visitado? Ayúdame a fijarme en quienes, a mi alrededor, podrían beneficiarse del amor que tan gratuitamente he recibido y que anhelo compartir con los demás. Amén.

Ve

«Vuelve tus ojos a Jesús,

Mira de lleno Su maravilloso rostro,

Y las cosas de la tierra se oscurecerán extrañamente,

A la luz de su gloria y de su gracia».

“Vuelve tus ojos a Jesús”, estribillo