Tiempo Ordinario

pausa

Cierra tus ojos y busca una total conexión con Dios. Piensa en Dios y examina lo que estás recibiendo en este momento.

escucha

Jesús decía en su enseñanza: «Cuídense de los maestros de la ley, pues les gusta andar con ropas largas y que los saluden con todo respeto en las plazas. Buscan los asientos de honor en las sinagogas y los mejores lugares en las comidas; y despojan de sus bienes a las viudas, y para disimularlo hacen largas oraciones. Ellos recibirán mayor castigo.»

Marcos 12: 38-40

piensa

Cuando Samuel llega a casa de Jesé para ungir al próximo rey de Israel, él busca al mayor de los hermanos para dicha consagración. No hay duda que era el elegido a los ojos de Samuel, aparte que el mayor siempre tenía cualquier privilegio de antemano en comparación con hermanos menores. Al momento que Dios le muestra a Samuel su equivocación, Samuel continúa en su elección sin ningún éxito. El mensaje importante en esta narrativa es cuando Dios le dice a Samuel, “no se trata de lo que el hombre ve; pues el hombre se fija en las apariencias, pero yo me fijo en el corazón.”(1 Samuel 16:7) En ocasiones erramos en dar importancia más a las apariencias que al corazón y a las intenciones. Siempre he pensado que no me sorprende una persona que se crea más religiosa; por el contrario, me sorprende la persona que adora a Dios sirviendo a los demás de corazón. El cuidarnos de personas que aparentan nos hace tener un corazón más humilde y agradecido. Para la sociedad, el tener un corazón humilde puede aparentar debilidad. Para Dios es diferente. Cuidémonos siempre de las personas que aparentan.

Rev. Abner Cotto-Bonilla

Pregunta para reflexionar: ¿Cómo está tu corazón en esta hora?

Ora

Dios, en esta hora te pido que mi corazón siempre sea agradable para ti. Te pido que las apariencias no nublen mi entendimiento ni me aparte de tu dirección y propósito. Acércame a las personas que necesitan de ti y necesitan de mi servicio para bendecirles. Amén.

Ve

Sigue hacia adelante y nunca dejes de compartir lo que has recibido de parte de Dios.