Tiempo Ordinario

pausa

Haz una oración de respiración, repitiendo en silencio las siguientes frases del Salmo 46 con cada respiración profunda. (Repítelo todo el tiempo que quieras, pero intenta hacerlo al menos 4 ó 5 veces) Inspira:Estad quietos y conoced” Espira: “que yo soy Dios”.

escucha

Siempre que clames a mí, te responderé. Estaré contigo en los momentos difíciles. Te salvaré y te glorificaré. Te colmaré en la vejez. Te mostraré mi salvación”.

Salmo 91:15-16

piensa

Es reconfortante oír que Dios está con nosotros cuando las cosas se ponen difíciles. Pero a veces las respuestas de Dios a nuestras oraciones no llegan cuando nos gustaría o no son lo que esperaríamos. Como leímos a principios de esta semana, Santiago y Juan recibieron una respuesta como ésta de Jesús cuando le pidieron estar a su derecha y a su izquierda, un “eso no lo decido yo” y un recordatorio de que el liderazgo no es exactamente como ellos pensaban. Confiar en Dios significa abrirnos a lo inesperado y ser lo bastante humildes para considerar que nuestras respuestas podrían no ser las únicas. Por supuesto, eso es más fácil de decir que de hacer, en medio de todo lo que la vida nos depara: preguntarse qué vendrá después, preocuparse por un ser querido o averiguar quiénes somos realmente frente a todas las cosas que compiten por nuestra atención. Tanto si las respuestas de Dios a tus oraciones suenan alto y claro, como si te resulta especialmente difícil oírlas, recuerda la promesa de Dios: Estaré contigo. Estaré contigo. Estaré contigo.

Allison Wehrung

Pregunta para reflexionar:

¿Qué significa para ti la frase “Dios escucha nuestras oraciones”?

Ora

Dios siempre presente, puede ser difícil sentir tu presencia cuando las cosas se ponen difíciles.

En este momento, me cuesta sentir tu presencia en…

Ayúdame a confiar en que estás conmigo pase lo que pase.

Amén.

Ve

Dios sea el amor que me busque y me guarde Dios sea la oración que mueva mi voz Dios sea la fuerza que ahora me sostenga Oh Cristo, rodéame Oh Cristo, rodéame.

Richard Bruxvoort Colligan, “Oh Cristo, rodéame”