escucha

Señor, en ti busco protección; ¡no me defraudes jamás! ¡Líbrame, ponme a salvo, pues tú eres justo! Dígnate escucharme, y sálvame. Sé tú mi roca protectora, ¡sé tú mi castillo de refugio y salvación! ¡Tú eres mi roca y mi castillo!

Salmos 71:1-3

piensa

No todo está bien todo el tiempo, en ocasiones las cosas salen mal y enfrentamos desafíos que retan nuestra fe. El salmista invocó a Dios en su angustia reconociendo lo que Dios significaba para él en ese momento. Probablemente una visita a la playa durante la niñez era sinónimo de construir castillos de arena. Seguramente dedicaste tiempo y esfuerzo en construir un castillo de arena con los recursos a tu disposición, pero un golpe del agua afecta la estructura y destruye el castillo. Definitivamente, ese no era el castillo al que el salmista hacía referencia. Los castillos son construidos con materiales fuertes y resistentes para proteger a los habitantes en su interior. Por lo tanto, en su oración el salmista reconoce que solo Dios lo puede proteger y defender. Así mismo, Dios te protege y te defiende, te escucha y te libra del mal si tan solo te acercas y se lo pides. Recuerda que si tienes a Dios, lo tienes todo.

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Rev. Luis F. Campos

Pregunta para reflexionar: ¿Estás pasando un momento difícil? ¿Cómo podrías describir a Dios en tu dificultad?

Ora

Dios, gracias porque eres suficiente. En medio de mi dificultad eres quien escucha y atiende todas mis necesidades. Te pido que me ayudes a superar las dificultades de la mano contigo. Amén

Ve

¡Camina en fe! Cuando no sepas por dónde ir, su amor y su palabra te mostrarán el camino por donde debes andar.