escucha

Recuerden esto, queridos hermanos: todos ustedes deben estar listos para escuchar; en cambio deben ser lentos para hablar y para enojarse. Porque el hombre enojado no hace lo que es justo ante Dios. Así pues, despójense ustedes de toda impureza y de la maldad que tanto abunda, y acepten humildemente el mensaje que ha sido sembrado; pues ese mensaje tiene poder para salvarlos.

Santiago 1:19-21

piensa

¿Te has preguntado alguna vez por qué Dios creó al ser humano con dos orejas y una boca?

Precisamente la respuesta a esta pregunta nos la da el apóstol Santiago, para escuchar más y hablar menos; “listos para escuchar, lentos para hablar”. El arte de escuchar es una práctica que últimamente se ha estado perdiendo. Somos rápidos para hablar y con prejuicios. No nos han terminado de decir una frase cuando ya en nuestras mentes estamos pensado cómo vamos a responder, sin siquiera dar la oportunidad de una explicación. El escuchar requiere paciencia y muchas veces debemos procurar espacios silenciosos que nos permitan una mejor comprensión del mensaje que estamos recibiendo de la otra persona. 

Hoy Dios nos recuerda hacer pausas para escuchar con paciencia y sin juicios, y si usamos nuestras palabras que sean para bendecir y para dar vida.

Mariely Gutierrez

Pregunta de reflexión: ¿A quién estas escuchando hoy? ¿Le escuchas desde el amor o desde el prejuicio?

Ora

Dios dame de tu sabiduría para reconocer cuándo escuchar a quien necesite ser escuchado, y dame las palabras adecuadas en el momento oportuno. Amén.

Ve

Ve en paz reconociendo que el amor de Dios es suficiente.

Ve confiando que Cristo es tu fiel amigo.

Ve brillando con la luz del Espíritu Santo.