Tiempo Ordinario
Piensa en algo que quieres. Ahora piensa en algo que necesitas. ¿En cuál de las dos ves a Dios?
Y él mismo concedió a unos ser apóstoles y a otros profetas, a otros anunciar el evangelio y a otros ser pastores y maestros. Así preparó a los del pueblo santo para un trabajo de servicio, para la edificación del cuerpo de Cristo hasta que todos lleguemos a estar unidos por la fe y el conocimiento del Hijo de Dios, y alcancemos la edad adulta, que corresponde a la plena madurez de Cristo.
Efesios 4:11-13
A mi me encantan las películas de superhéroes. La acción y las historias son buenísimas. El centro de la película es la transformación de una persona normal que ahora tiene un súper-poder. Pero, en todas estas películas hay alguien ayudándole en el camino, un compañero o compañera que tiene una habilidad que complementa el súper-poder del héroe.
La provisión de Dios es tan grande que nos ha llamado a todos y todas a complementar su súper-poder del amor con una misión, servirle. Cuando servimos a Dios nos convertimos nuestro don y habilidad en un complemento para el amor de Dios por la humanidad.
Puede que en un momento pensabas que tu capacidad para hablar, dibujar, cantar, construir robots, resolver problemas matemáticos o practicar algún deporte, no era ningún súper-poder. Sin embargo, Dios en su palabra nos deja saber que para que su provisión se comparta con todo el mundo necesita tu talento y don para que su poder edifique al resto del mundo y conozcan a Jesús. ¿Te atreves a decir que sí a la misión?
Daniel Andrés Rivera Rosado
Pregunta para reflexionar: ¿Qué talentos tienes para responder a la misión de Dios?
Dios, permite que entendamos tu misión y tu llamado.
Inspíranos para decirte que sí.
Permite que nuestra acción sea la provisión para verte obrar en sus vidas. Amen.
Piensa en lo que la gente quiere. Ahora piensa en lo que necesitan. ¿En cuál le puedes mostrar a Dios?