Tiempo Ordinario

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El amor nos mueve a entender que somos creados para vivir en relación con Dios, con los demás y con toda la creación.

escucha

No te enojes por causa de los malvados, ni sientas envidia de los malhechores, pues pronto se secan, como el heno; ¡se marchitan como la hierba! Confía en el Señor y haz lo bueno, vive en la tierra y manténte fiel.

Salmos 37:1-3

piensa

A mí se me hace bien complicado mantener el enfoque cuando estoy estudiando. Es todo un proyecto, entre ruidos y distracciones. Sin embargo, cuando por fin me puedo concentrar, todo resulta mejor y el aprendizaje corre excelente. Lo mismo ocurre cuando cuando amamos la justicia, al enfocarnos en ayudar a las personas, todo corre mejor. El salmista expresa la frustración por la prosperidad del malvado, pero nos invita a no caer en la comparación. En lugar de preocuparnos por lo que otros tienen, se nos llama a deleitarnos en la justicia de Dios. Nuestra manera de adorar a Dios, no solo en un templo sino todos los días de nuestra vida, tiene que ver con la justicia, con hacerle bien a las demás personas sin mirar a la «competencia.» El amor a la justicia nace de un corazón que confía en que Dios está en control, incluso cuando las apariencias dicen lo contrario. Al enfocarnos en la fidelidad y la justicia divina, encontramos paz y satisfacción que el mundo no puede ofrecer.

Samuel Estrella Molina

Pregunta para ponderar: ¿Cómo puedes cultivar un amor por la justicia que te impulse a confiar más en Dios?

Ora

Dios justo, enséñame a confiar en tu justicia y a deleitarme en tu fidelidad.

Ve

Sal al mundo con la conciencia de que eres un ser creado para amar, servir y vivir en conexión con todos.