Tiempo Ordinario

pausa

Espíritu del Dios Vivo,
Cae de nuevo sobre mí.
Espíritu del Dios Vivo,
Cae de nuevo sobre mí.
Rómpeme, fúndeme, moldéame, lléname.
Espíritu del Dios Vivo,
Cae de nuevo sobre mí.

“Espíritu del Dios vivo” por Daniel Iverson

escucha

Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos juntos en un mismo lugar. De repente, un sonido procedente del cielo, como el aullido de un viento feroz, llenó toda la casa donde estaban sentados. Vieron lo que parecían ser llamas de fuego individuales que se posaban sobre cada uno de ellos. Todos fueron llenos del Espíritu Santo y empezaron a hablar en otras lenguas a medida que el Espíritu les permitía hablar.

Hechos 2:1-4

piensa

¡Aquel primer Pentecostés fue salvaje! Primero, una loca tormenta y luego lenguas de fuego sobre las cabezas. No se podía ignorar, disminuir o descartar la presencia del Espíritu Santo en Pentecostés. Sin embargo, día a día, ésa no es nuestra experiencia del Espíritu Santo. No experimentamos regularmente tormentas del Espíritu Santo, ni fuego que no quema, ni entendemos de repente varias lenguas.

A menudo vemos al Espíritu Santo actuar en retrospectiva. El Espíritu Santo aparece sutilmente, como un susurro. Quizá una persona viene a tu mente o a tu corazón. O quizá hayas tenido un cambio de opinión o una comprensión más profunda sobre algo. Ésa suele ser nuestra experiencia del Espíritu Santo en acción. Estas experiencias más “ordinarias” no son menos poderosas que lo que se experimentó el día de Pentecostés en los Hechos. El Espíritu Santo está actuando, dentro de nosotros y a nuestro alrededor. Al igual que aquellos primeros creyentes, tenemos la oportunidad de unirnos a esa obra y asombrarnos de ella.

Susan Sytsma Bratt

Pregunta para reflexionar:

¿Cuándo se ha movido el Espíritu Santo y ha suscitado algo nuevo en tu vida?

Ora

Asómbrame, oh Dios, con tu verdad y abre hoy mi corazón y mi mente para que, escuchando tu palabra, crea y, creyendo, te confíe mi vida, por Jesucristo mi Señor. Amén.

Oración adaptada del Rev. Dr. John Buchanan, pastor emérito de la Cuarta Iglesia Presbiteriana, Chicago

Ve

Dios, danos ojos para ver la amplitud de tu mundo, resplandeciente de belleza y santidad.

Estimula nuestra imaginación, infundiéndonos valor y esperanza.

Rodéanos de amistad.

Plántanos como semillas de resurrección.

Amén.

Centro Peterson para la Imaginación Cristiana