Tiempo Ordinario
Cristo nos ama, y nos ha librado de nuestros pecados derramando su sangre, y ha hecho de nosotros un reino; nos ha hecho sacerdotes al servicio de Dios. (Extraído de Apocalipsis 1:5-6)
Pilato volvió a entrar en el palacio, llamó a Jesús y le preguntó: ¿Eres tú el Rey de los judíos?
Jesús le dijo: ¿Eso lo preguntas tú por tu cuenta, o porque otros te lo han dicho de mí?
Juan 18:33-34
Regularmente, me causa ansiedad tener que presentarme frente a desconocidos; ya sea en el primer día de escuela, en un nuevo trabajo o al iniciar una conversación con algún desconocido. En estos casos, siempre viene a mi cabeza qué no debo decir y hacer para no causar una mala impresión. Quizás sea de los que piensa que no existe una segunda oportunidad para causar una buena impresión. Jesús también lidió con las impresiones de desconocidos. Imagínate que lo acusaron de malhechor, cuando se la pasaba haciendo el bien. Jesús no se preocupó en negar las acusaciones, pero sí en saber lo que pensaba Pilato. Cuando se trata de relacionarse con el hijo de Dios, la impresión de otros queda a un lado. No importa quién seas, de dónde vengas, el rol que desempeñes o lo que digan de ti, nuestro Señor y Salvador desea asegurarse que nada limite su relación contigo. El reino de los cielos se ha acercado y con Jesús no necesitarás una segunda oportunidad para dar una buena impresión. ¡Dios te ama y nada cambiará eso!
Wilfredo Mercado Reyes
Pregunta para reflexionar: ¿Cuál crees sea la impresión de Dios sobre tu vida?
Dios de justicia, cuídame y protégeme.
Ayúdame a enfocarme en Ti.
Sé el centro de mi vida y gracias por tu amor incondicional. ¡Amén!
Irradia su luz y comparte la verdad.
Vive dignamente y alcanza su plenitud.
No te conformes, responde a su llamado.
¡Eres hijo del Rey de reyes!