Tiempo Ordinario
Cristo nos ama, y nos ha librado de nuestros pecados derramando su sangre, y ha hecho de nosotros un reino; nos ha hecho sacerdotes al servicio de Dios. (Extraído de Apocalipsis 1:5-6)
¡El Señor es Rey! ¡El Señor se ha vestido de esplendor y se ha rodeado de poder! Él afirmó el mundo, para que no se mueva. Desde entonces, Señor, tu trono está firme. ¡Tú siempre has existido!
Salmos 93:1-2
No hay algo que me haga sentir más inseguro que necesitar programar una alarma reconociendo que soy tan mal madrugador. La mayoría de las veces programo múltiples alarmas para “asegurar” levantarme a tiempo. No sé si te ha pasado o te pasa seguido, pero no hay peor sensación que despertar y darte cuenta que ya estás tarde. Todo mi plan matutino queda atrás y termino simplemente sobreviviendo mi día. Comienzo el día vistiéndome de inseguridades y me rodeo de un sin fin de posibles consecuencias. La firmeza de nuestros planes es temporal, estará condicionada a nuestra realidad. Ser hijos e hijas de un Rey Eterno nos da un lugar seguro donde podemos descansar. Colocar nuestra confianza en el Señor, representa no necesitar planes adicionales y nos llena de seguridad saber que Dios está en control. Su reinado es eterno y su trono permanece firme. Confiar en Dios es nuestra alarma diaria para vivir en plenitud afirmando su gloria y poder en nuestras vidas. ¡Toda alarma requiere una acción!
Wilfredo Mercado Reyes
Pregunta para reflexionar: ¿Te atreves a vivir en plenitud?
Rey Soberano, reconozco tu poder y eternidad. Anhelo experimentar tu gloria y
vivir en plenitud. Eres mi Dios y mi confianza está puesta en ti. ¡Amén!
Irradia su luz y comparte la verdad.
Vive dignamente y alcanza su plenitud.
No te conformes, responde a su llamado.
¡Eres hijo del Rey de reyes!