Tiempo Ordinario

pausa

Dios puede; Dios quiere; Dios lo hace.

escucha

Cuando el Señor cambió la suerte de Sión, nos pareció que estábamos soñando. Entonces nuestra boca y nuestros labios se llenaron de risas y gritos de alegría; entonces los paganos decían: «¡El Señor ha hecho grandes cosas por ellos!» Sí, el Señor había hecho grandes cosas por nosotros, y estábamos alegres.

Salmos 126:1-3

piensa

¿Te has encontrado sonriendo mientras recuerdas algún suceso agradable que en un momento dado tuviste? Recuerdo claramente el día que mi hija fue operada de emergencia porque atravesaba un fuerte dolor de apéndice. Ella era muy joven y estábamos muy preocupados; mientras entraba a sala de cirugía oré por ella y no puedo negar que la incertidumbre trató de quebrantarme. Su cirugía fue todo un éxito y al salir me dijo: “tengo hambre”; lo que provocó risas en los que estábamos con ella. Cuando recuerdo como Dios cambió el dolor en alegría, viene una sonrisa a mis labios; sonrisa que es señal de celebración. Este salmo narra cual es el resultado cuando reconocemos el poder de Dios que transforma la situación que atravesamos. El resultado será que nuestra vida se llenará de una alegría evidente. Tu sonrisa y tu historia les recuerda a otras personas, que Dios tiene poder.

Pastora Lilybeth Bosch

Pregunta para reflexionar: ¿Qué historia del poder de Dios pone una sonrisa en tus labios?

 

Ora

Dios, que tu presencia me haga sonreír todos los días y muchas personas sepan que tú puedes…
Amén.

Ve

Y ahora, gloria sea a Dios, que puede hacer muchísimo más de lo que nosotros pedimos o pensamos, gracias a su poder que actúa en nosotros.

Efesios 3:20