Tiempo Ordinario
Seguro que conoces la canción » Jesús me ama«. Empieza así: «Jesús me ama, esto lo sé porque la Biblia me lo dice». Pero, ¿cómo se hace tangible en nuestras vidas ese amor, la presencia solícita de Dios?
Después de esto miré, y había una gran multitud que nadie podía contar. Eran de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas. Estaban de pie ante el trono y ante el Cordero. Vestían túnicas blancas y llevaban palmas en las manos. Gritaron a gran voz:
«La victoria pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono y al Cordero».
Apocalipsis 7:9-10
Entre los cristianos existe la idea errónea de que «vas a la iglesia» únicamente para escuchar el mensaje, el Evangelio de Jesucristo. ¿Y si, en realidad, la comunidad es el mensaje? Debes saber esto: el cuerpo de creyentes nos revela que no estamos solos, que estamos rodeados por el amor tangible y vital de Dios. La Buena Nueva se hace carne una vez más a través del amor de nuestros compañeros creyentes.
No pienses que la Iglesia, la reunión de creyentes, es intrascendente o tangencial al amor salvador de Dios. Por el contrario, reconoce que es el recipiente que Dios diseñó para llevar ese amor al mundo.
¿Tienes una familia eclesiástica? Si no es así, búscate una. La fe nunca ha sido ni será algo solitario. Y una vez que tengas una comunidad de creyentes a tu alrededor, acepta el hecho de que no estarás de acuerdo con todos ni con todo. Tal vez sea así por diseño. Y quizá no importe. Lo que importa es que veas que formas parte de esa gran multitud, inmersa en el amor, el cuidado y la alabanza.
Wade Griffith
Pregunta para reflexionar:
¿Por qué es importante para ti la familia eclesiástica?
Dios, que tu amor se haga carne una vez más en los abrazos, los abrazos y los cuidados que recibo de la comunidad de creyentes. Ayúdame a reconocer la importancia de la comunidad en mi camino de fe. Que pueda dedicar mi tiempo y mi servicio a hacer de mi comunidad de fe un lugar de inclusión, cuidado y amor. Amén.
Abre los ojos a la presencia solícita de Dios y a todas las formas en que el amor de Dios está activo en nuestras vidas. Recíbelo y permite que Dios te utilice para manifestar ese amor en la vida de los demás.