Tiempo Ordinario

pausa

«No permitas que los caminos de este mundo te moldeen y te den forma. Al contrario, deja que El Creador te cambia de dentro a fuera, del mismo modo que una oruga se convierte en mariposa.«

Romanos 12:2a, Versión de las Primeras Naciones

escucha

Después bajó Moisés del monte Sinaí llevando las dos tablas de la ley; pero al bajar del monte no se dio cuenta de que su cara resplandecía por haber hablado con el Señor. Cuando Aarón y todos los israelitas vieron que la cara de Moisés resplandecía, sintieron miedo y no se acercaron a él.

Éxodo 34:29-30

piensa

Tengo unos cuantos emojis favoritos. Uno es la cara babeante que comunica lo delicioso que sabe algo. Otro es el conocido emoji de reírse a carcajadas. Y otro es la cara sonriente con gafas de sol. Por tontos que sean estos ejemplos, las caras comunican mucho más que las palabras. Nuestro cerebro está programado para percibir cómo las caras de las personas comunican emociones y otra información.

Las caras cuentan una historia.

Después de que Moisés se encontrara con Dios y recibiera los 10 Mandamientos, se dice que su rostro resplandecía. Su rostro contaba la historia de alguien que tuvo una experiencia transformadora con Dios. Esta experiencia cambió el aspecto de su rostro. Todos pudieron verlo y sintieron miedo. Este miedo tenía menos que ver con el aspecto de Moisés, y más con su propio miedo al cambio. El cambio puede dar miedo, pero también es una invitación a crecer. A medida que crecemos espiritualmente, nuestros rostros (¡y nuestras vidas!) empiezan a reflejar la luz de Dios.

Kyle Caudle

Pregunta para reflexionar:

¿Qué historia cuenta hoy mi cara?

Ora

Dios, al hablar contigo, he cambiado. Confío en que me ves, me conoces y me amas. Incluso cuando el cambio me da miedo, siempre estás conmigo. Amén.

Ve

Vayas donde vayas, Dios sigue estando presente.

Mires donde mires, la luz de Dios sigue brillando.

Dondequiera que escuches, Dios sigue hablando también allí,

Invitándote a cambiar desde dentro hacia fuera,

Demostrándote que estás hecho para brillar.