Tiempo Ordinario
Respira hondo y recuerda que Dios quiere que tu corazón esté lleno de alegría.
Os he dicho estas cosas para que mi alegría esté en vosotros y vuestra alegría sea completa.
Juan 15:11
Jesús no dijo: «La vida siempre será fácil». Pero Jesús sí dijo que su alegría podía estar en nosotros, pasara lo que pasara. Eso nos dice algo enorme: la alegría no consiste sólo en estar contento cuando las cosas van como queremos. Es algo más profundo que un estado de ánimo. La alegría es una confianza firme que proviene de saber que somos amados y sostenidos por Dios, y que nunca estamos solos. Incluso en los días difíciles, cuando nos sentimos estresados, solos o como si no pudiéramos afrontar lo que está ocurriendo, Dios nos ofrece algo inquebrantable. La alegría de Dios nos llena por dentro, aunque las cosas a nuestro alrededor se estén desmoronando.
¿Te has puesto alguna vez unas gafas de sol tintadas de otro color? Al mirar a través de ellas, todo se convierte de repente en un tono de ese color. Cambia los colores que vemos a nuestro alrededor para que todos sean de ese color.
Eso es lo que hace la alegría de Dios cuando nos llena. Nos ayuda a ver todo a través de la lente de la alegría. Nos da valor. Nos recuerda que pertenecemos a algo. Y nos ayuda a vivir plenamente, con esperanza y confianza.
Lauren Mills
Pregunta para reflexionar:
¿Cómo sería tener la alegría de Dios en tu vida incluso en un día ordinario o difícil?
Jesús, ayúdame hoy a conocer la alegría de Dios en cada parte de mi vida.
Amén.
Que hoy camines en la profunda alegría de Jesús: una alegría que permanece contigo en todo momento y fluye del corazón de Dios al tuyo.