Journey to the Cross
Tómese un momento para mirar por encima del hombro y ver a dónde le ha llevado su viaje hasta ahora…
Tómese un momento para mirar al horizonte…
Pilato tomó entonces a Jesús y mandó azotarlo. Los soldados trenzaron una corona de espinas, la pusieron en la cabeza de Jesús y lo vistieron con una capa de color rojo oscuro. Luego se acercaron a él, diciendo:¡Viva el Rey de los judíos! Y le pegaban en la cara.
Cuando lo vieron los jefes de los sacerdotes y los guardianes del templo, comenzaron a gritar: ¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo! Pilato les dijo: Pues llévenselo y crucifíquenlo ustedes, porque yo no encuentro ningún delito en él. Las autoridades judías le contestaron: Nosotros tenemos una ley, y según nuestra ley debe morir, porque se ha hecho pasar por Hijo de Dios.
Entonces Pilato les entregó a Jesús para que lo crucificaran, y ellos se lo llevaron.
Jesús salió llevando su cruz, para ir al llamado «Lugar de la Calavera» (que en hebreo se llama Gólgota). Allí lo crucificaron, y con él a otros dos, uno a cada lado, quedando Jesús en el medio.
Juan 19:1-3, 6-7, 16b-18
Escuché a lo lejos las fuertes carcajadas en el campo de pelota y mi reacción inicial fue sonreír a los campistas que se lo estaban pasando tan bien. Sin embargo, cuando llegué las risas no eran de diversión, al menos para un campista. Un grupo de campistas se burlaba de él. Robert se había resbalado en el barro mientras jugaba al kickball y todos sus compañeros se burlaban de él diciéndole que parecía que había tenido un accidente.
A veces podemos ser tan malos los unos con los otros. A veces es intencionado y otras veces es insensibilidad. Lo más duro es cuando se convierte en una «mentalidad colectiva« en la que la gente se une sólo porque el resto de la multitud lo está haciendo.
A menudo me pregunto por aquellos soldados y otros que se burlaban de Jesús antes de crucificarlo. ¿Habían reflexionado realmente sobre sus actos o se dejaban llevar por la corriente? Tomemos tiempo para reflexionar sobre nuestros actos en lugar de unirnos a la multitud para hacer daño a las demás personas.
Brian Prior
Pregunta para ponderar:
¿Cuando has seguido a la multitud en algo de lo que luego te hayas arrepentido?
Gracias, Dios, por los que en mi vida han tenido la fuerza y el valor de enfrentarse a los demás.
Amén.
Respira todo lo que hay detrás de ti, todo lo que hay delante de ti…
Comienza a seguir a Jesús en el camino hacia la cruz.