Tiempo Ordinario
«Oh alma, ¿estás cansada y atribulada?
¿No ves luz en la oscuridad?
Hay luz para mirar al Salvador,
Y la vida más abundante y libre».
“Vuelve tus ojos a Jesús”, estrofa 1
Envía tu luz y tu verdad, ¡que me guíen! Que me lleven a tu monte santo a tu morada. Déjame llegar al altar de Dios-déjame llegar a Dios, mi alegría, mi delicia-.entonces te daré gracias con la lira, Dios, Dios mío.
Salmo 43:3-4
La sabiduría de los salmos habría recordado a los antiguos israelitas la necesidad de recentrarse regularmente mediante actos de adoración. Los servicios de adoración nos brindan la oportunidad de centrarnos intencionadamente en quién es Dios, en cómo nos ha tocado el amor de Jesús y en cómo el Espíritu Santo nos llama a seguir actuando en respuesta.
Jesús fue un líder servidor. Mostró el amor de Dios haciendo espacio para que otros lo experimentaran. Crear espacios de acogida para los demás, aunque importante, puede ser agotador. En el ministerio de Jesús, podemos ver que se tomaba momentos para la reflexión y la regeneración. Hoy en día, con el ajetreo de tantas actividades y el fastidio de los feeds de las redes sociales, también necesitamos momentos para hacer una pausa.
En el mejor de los casos, el culto se vive a través de nuestra vida cotidiana. Sin embargo, los servicios de culto proporcionan un espacio intencionado para reflexionar sobre el amor de Dios, apreciar el don de la gracia y comprometernos de nuevo con la obra de Jesús. El trabajo diario de seguir el ejemplo de Jesús es importante. No olvides hacer una pausa y rejuvenecer a lo largo del camino.
Daniel Potter
Pregunta para reflexionar:
¿Cómo puede ayudarme la adoración a recargarme y volver a conectar con el amor de Dios?
Dios de gloria, me detengo ahora para descansar en tu presencia. Sé que vivo mi adoración a ti en mi vida diaria. Y, sin embargo, me doy cuenta de la necesidad de hacer una pausa y reconocer tu amor por mí y mi amor por ti. Concédeme ese momento ahora, te lo ruego. Amén.
«Vuelve tus ojos a Jesús,
Mira de lleno Su maravilloso rostro,
Y las cosas de la tierra se oscurecerán extrañamente,
A la luz de su gloria y de su gracia».
“Vuelve tus ojos a Jesús”, estribillo