Following the Star
Al contemplar la gloria del Señor con el rostro descubierto, somos transformados para reflejar cada vez más la imagen de Dios. Esta transformación es obra del Espíritu, que nos hace pasar de un grado de gloria a otro.
Paráfrasis de 2 Corintios 3:18
Cuando sus padres lo vieron, se quedaron de piedra.
Su madre le dijo: «Hija, ¿por qué nos has tratado así? ¡Escucha! Tu padre y yo estábamos preocupados. Te hemos estado buscando».
Jesús replicó: «¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que era necesario que estuviera en la casa de mi Padre?». Pero no entendieron lo que les decía.
Lucas 2:48-50
María y José se sintieron confusos y frustrados cuando encontraron a Jesús en el templo en vez de viajar a su casa. Su respuesta: «¿No sabíais que tenía que estar en la casa de mi Padre?», probablemente no tuvo sentido para ellos en aquel momento. Sin embargo, Jesús sabía que estaba siguiendo el plan de Dios. A veces, la vida parece confusa. Quizá tu familia, tus profesores o tus amigos no entiendan del todo por lo que estás pasando. Quizá ni siquiera tú entiendas por qué suceden ciertas cosas. Como Jesús, puedes confiar en que Dios tiene un propósito para tu vida, incluso cuando no está claro. Dios ve el panorama general de tu vida y te invita a confiar en Él en medio de la confusión. Dios está trabajando a través de cada situación para moldearte en lo que estás llamado a ser. Hoy, toma una cosa que no entiendas y reza, pidiendo a Dios paz y paciencia para confiar en el plan de Dios.
Nathaniel Aram Warne Adishian
Pregunta para reflexionar:
Mirando hacia atrás en los últimos meses, o incluso años, ¿cómo has visto a Dios manifestarse de maneras que no podrías haber notado en el momento?
Ayúdame a depositar hoy mi fe en ti, Dios. Fe en que he sido hecho de forma temerosa y maravillosa, y en que sigues moldeándome más a imagen de tu Hijo, por medio de tu Espíritu Santo. Amén.
Dios nos eligió de antemano para que fuéramos modelados a semejanza del Hijo de Dios, para que Jesús fuera el primogénito entre muchos hermanos y hermanas.
Paráfrasis de Romanos 8:29