escucha

Todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos e hijas de Dios. No recibisteis un espíritu de esclavitud que os condujera de nuevo al miedo, sino que recibisteis un Espíritu que os muestra que sois adoptados como hijos suyos. Con este Espíritu, gritamos: “Abba, Padre”. El mismo Espíritu está de acuerdo con nuestro espíritu, en que somos hijos de Dios. Pero si somos hijos, también somos herederos. Somos herederos de Dios y coherederos con Cristo, si realmente sufrimos con él para que también podamos ser glorificados con él.

Romanos 8:14-17

piensa

Pablo escribió estas palabras a una iglesia que luchaba por aferrarse a la esperanza y recordar quiénes eran y de quién eran. Había conflicto y tensión en su comunidad. La gente andaba con pies de plomo dentro de aquella iglesia. Pablo es tan sincero en este pasaje, y justo antes de éste, sobre las partes desordenadas de la vida.

¿Has tenido alguna vez una experiencia en la que hayas olvidado quién eras y de quién? Yo tuve esa experiencia cuando mis padres se divorciaron. Luché por ver cómo mi familia se desmoronaba. Durante todo ese tiempo, mis amigos y la comunidad de mi iglesia me rodearon. Pasajes como éste me reconfortaron. Dios era mi padre. Pasara lo que pasara con mi familia, sabía que pertenecía a Dios. Esa promesa me reconfortaba y me infundía valor.

Susan Sytsma Bratt

Pregunta para reflexionar:

¿Cómo has visto a Dios actuar en momentos difíciles de tu vida?

Ora

Dios misericordioso, gracias por tu amor permanente hacia mí. Ahora mismo, una de las cosas difíciles a las que me enfrento es…

Ayúdame hoy a prestar atención a tu presencia. Amén.

Ve

Dios, danos ojos para ver la amplitud de tu mundo, resplandeciente de belleza y santidad.

Estimula nuestra imaginación, infundiéndonos valor y esperanza.

Rodéanos de amistad.

Plántanos como semillas de resurrección.

Amén.

Centro Peterson para la Imaginación Cristiana