Tiempo Ordinario

pausa

Haz una oración de respiración, repitiendo en silencio las siguientes frases del Salmo 46 con cada respiración profunda. (Repítelo todo el tiempo que quieras, pero intenta hacerlo al menos 4 ó 5 veces) Inspira:Estad quietos y conoced” Espira: “que yo soy Dios”.

escucha

¿Dónde estabas cuando puse los cimientos de la tierra? Dime si lo sabes. ¿Quién estableció sus medidas? Seguro que lo sabes. ¿Quién extendió una cinta métrica sobre él? ¿En qué se hundieron sus cimientos? quién puso su piedra angular mientras las estrellas de la mañana cantaban al unísono y gritaban todos los seres divinos?

Job 38:4-7

piensa

Nuestra escritura de hoy contiene sólo algunas de las cosas que Dios pregunta sarcásticamente a Job. (Por supuesto, Dios ya sabe que Job no estaba allí cuando se estaba gestando la creación). Al final, Job reconoce que hay muchas cosas que no sabe, diciendo: “He dicho lo que no entendía, cosas demasiado maravillosas para mí, que no conocía”, y Dios restaura gran parte de lo que Job ha perdido. (42:3,10) Pero Job tiene que atravesar cuatro sólidos capítulos de preguntas para llegar a ese punto. Quizá la incertidumbre te resulte inquietante. Te pone los nervios de punta. O tal vez sientas que no saber te quita presión y hace que sea más fácil centrarte en lo que tienes delante. En cualquier caso, esta parte de la historia de Job nos recuerda que no tenemos que tener todas las respuestas para seguir a Dios. No necesitamos saberlo todo para apreciar los dones de la creación ni para confiar en que Dios actúa en ellos y a través de ellos.

Allison Wehrung

Pregunta para reflexionar:

¿Dónde ves, o desearías ver, a Dios en tus momentos de incertidumbre?

Ora

Dios omnisciente, acompáñame en mis preguntas.

Hoy me cuestiono…

Tranquilízame cuando me cuestiono, y guíame por tus caminos, aunque sea paso a paso.

Amén.

Ve

Dios sea el amor que me busque y me guarde Dios sea la oración que mueva mi voz Dios sea la fuerza que ahora me sostenga Oh Cristo, rodéame Oh Cristo, rodéame.

Richard Bruxvoort Colligan, “Oh Cristo, rodéame”