escucha

Pues lo hiciste casi como un dios, lo rodeaste de honor y dignidad, le diste autoridad sobre tus obras, lo pusiste por encima de todo: sobre las ovejas y los bueyes, sobre los animales salvajes, sobre las aves que vuelan por el cielo, sobre los peces que viven en el mar, ¡sobre todo lo que hay en el mar!

Salmos 8:5-8

piensa

Cuando pienso que soy la mayor creación de Dios en el universo, me siento amada. Sin importar mis imperfecciones, debilidades y lo finito de mi entendimiento. Entiendo Dios me dio dignidad cuando me creó a su imagen y semejanza. Dios nos honra con responsabilidad y autoridad sobre la creación y eso no es poca cosa. Dios nos hace coparticipes de su reino. Nos da autonomía y reconoce nuestra identidad como portadores de su imagen. Cuando entendemos la magnitud de lo que esto significa nuestra respuesta se convierte en una que conlleva responsabilidad, humildad y respeto por lo que Dios ha confiado en nosotros. En un mundo donde el valor humano se mide por logros, apariencias y poder adquisitivo, Dios nos recuerda que nuestro valor no depende de nosotros mismos, sino del lugar que Dios nos ha dado en su reino.

Coralys Santos Saldaña

Pregunta para reflexionar: ¿Estoy viviendo con la dignidad que Dios me ha otorgado o he permitido que el mundo defina
mi valor?

Ora

Dios, ayúdame a recordar que me hiciste a tu imagen y semejanza, y eso me da dignidad, valor y propósito. Amén.

Ve

Decide vivir en comunión con Dios, escucha su voz, confía en su guía y responde con fe, dignidad y esperanza en cada área de tu vida.