Journey to the Cross
Si lo puedes soñar, lo puedes crear con la ayuda de Dios. “Por el poder de Dios que obra en nosotros, Él puede hacer mucho más de lo que jamás podríamos pedir o imaginar.” Efesios 3:20
Seis días antes de la Pascua, Jesús fue a Betania, donde vivía Lázaro, a quien él había resucitado. Allí hicieron una cena en honor de Jesús; Marta servía, y Lázaro era uno de los que estaban a la mesa comiendo con él. María trajo unos trescientos gramos de perfume de nardo puro, muy caro, y perfumó los pies de Jesús; luego se los secó con sus cabellos. Y toda la casa se llenó del aroma del perfume.
Juan 12:1-3
María no guardó lo mejor para sí misma, sino que lo ofreció a Jesús. En un mundo donde las prioridades a menudo se centran en el «yo» y en lo que podemos ganar, Dios nos llama a vivir con generosidad, no solo con lo material, sino también con nuestro tiempo, talento y dinero. La muestra de amor que María tuvo por Jesus, generó un gran impacto en los que estaban presentes, ya que el aroma del perfume llenó la casa. Al ungir los pies de Jesús, María dejó una huella muy significativa en ese momento. Nuestras acciones, aunque pequeñas, pueden tener un gran impacto en la vida de los demás, especialmente cuando estamos comprometidos a reflejar el amor de Cristo.
Este pasaje nos recuerda que la devoción a Jesús no debe ser superficial, sino que debe ser auténtica, valiente y generosa, reflejando nuestro amor y agradecimiento por lo que Él ha hecho por nosotros. Piensa en todos tus recursos.
Estela López
Pregunta para reflexionar: ¿Estás dando lo mejor de ti mismo para honrar a Dios?
Señor Jesús,
Ayúdame a examinar mi corazón y mi vida, y a dar lo mejor de mí para honrarte en todo. Que mis acciones, mis palabras y mis pensamientos reflejen siempre tu amor. Enséñame a vivir con generosidad y dedicación, buscando siempre agradarte y servirte con alegría. En el nombre de Jesús. Amén.
Recuerda que Dios te ha creado para vivir una plena y abundante. No permitas que las dificultades de esta vida te roben la alegría y la esperanza. Mantén tu mirada fija en Jesús y sus fieles promesas.