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¿Deseas sumergirte en la profundidad de Su presencia?

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pero el Señor me ha dicho: «Mi amor es todo lo que necesitas; pues mi poder se muestra plenamente en la debilidad.» Así que prefiero gloriarme de ser débil, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Y me alegro también de las debilidades, los insultos, las necesidades, las persecuciones y las dificultades que sufro por Cristo, porque cuando más débil me siento es cuando más fuerte soy.

2 Corintios 12:9-10

piensa

Mi hermano mayor fue salvavidas por varios años. Y una de las funciones del salvavidas es prevenir accidentes y rescatar a los bañistas en situaciones de emergencia. Hubo momentos donde personas no tenían las fuerzas para seguir nadando o les daba un calambre repentino y mi hermano, el cual estaba pendiente y vigilando, tenía que lanzarse para socorrerles. Cuando comparo esa experiencia con nuestras vidas encuentro muchas similitudes. A veces nos sentimos que no tenemos fuerzas para seguir adelante. Y es ahí, donde descubrimos un gran secreto que nos ayuda a vencer. Aprendemos que para superar nuestras debilidades debemos confiar en las fuerzas de Dios. En otras palabras, dejamos de enfocarnos en nuestras debilidades para enfocarnos en el Dios que es fuerte. Sí, las debilidades son parte de la vida, pero también son momentos de aprendizaje. Recordemos, Dios está listo y dispuesto a proveernos con su fortaleza. Dios nos vigila y está presto para ayudarnos. Entonces la próxima vez que te encuentres confrontado por tu debilidad, recuerda y declara que cuando eres débil, ¡Dios es fuerte!

Rev. Jesús García

Pregunta para reflexionar

¿Qué debilidades entregas a Dios hoy?

Ora

Señor, enséñame a aprender que cuando soy débil, Tú eres fuerte. Ayúdame a poner mi confianza en ti. Tú eres mi salvavidas. Amén.

Ve

Sumérgete en Su presencia. Sumérgete en Su Palabra. Sumérgete en Su misión.