Tiempo Ordinario

pausa

Haz una oración de respiración, repitiendo en silencio las siguientes frases del Salmo 46 con cada respiración profunda. (Repítelo todo el tiempo que quieras, pero intenta hacerlo al menos 4 ó 5 veces) Inspira:Estad quietos y conoced” Espira: “que yo soy Dios”.

escucha

Jesús les contestó: Ustedes no saben lo que piden. ¿Pueden beber este trago amargo que voy a beber yo, y recibir el bautismo que yo voy a recibir?

Ellos contestaron: Podemos.

Jesús les dijo: Ustedes beberán este trago amargo, y recibirán el bautismo que yo voy a recibir; pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me corresponde a mí darlo, sino que les será dado a aquellos para quienes está preparado.

Marcos 10:38-40

piensa

Justo antes de los versículos que leemos hoy, Santiago y Juan pidieron a Jesús que les dejara sentarse a su derecha y a su izquierda. En aquella época, cuanto más cerca se sentaba alguien de un rey u otro gobernante, más importante se le consideraba. Y todavía hoy, la “mano derecha” de una persona (o mujer) es alguien con quien trabaja muy estrechamente. Quizá Santiago y Juan, sabiendo que se acercaba la muerte de Jesús, sólo querían asegurarse de que eran tan importantes para Jesús como Jesús lo era para ellos. Pero en lugar de “¡Sí! ¡Por supuesto!”, Jesús les dice básicamente: “¿Estáis seguros?”, seguido de “No es decisión mía”. Quizá Jesús sabía que aún tenían que crecer. Más tarde, cuando Jesús es arrestado, todos los discípulos huyen, a pesar de todo el tiempo que habían pasado aprendiendo y sirviendo a su lado. Unirse a Jesús para hacer del mundo un lugar más justo y amoroso no siempre es cómodo ni fácil. Y no siempre obtenemos respuestas claras cuando o como nos gustaría. Aun así, no tenemos por qué encontrar solos el camino a seguir.

Allison Wehrung

Pregunta para reflexionar:

¿Qué es algo, grande o pequeño, en lo que quieres trabajar en tu vida de fe?

Ora

Dios del crecimiento, soy una obra en construcción, que aún está aprendiendo lo que significa seguirte. A veces muerdo más de lo que puedo masticar, y otras veces no me desafío tanto como podría. Profundiza mi fe en ti, para que pueda hacer todo lo posible por seguir tu ejemplo. Amén.

Ve

Dios sea el amor que me busque y me guarde Dios sea la oración que mueva mi voz Dios sea la fuerza que ahora me sostenga Oh Cristo, rodéame Oh Cristo, rodéame.

Richard Bruxvoort Colligan, “Oh Cristo, rodéame”