Following the Star

pausa

Al contemplar la gloria del Señor con el rostro descubierto, somos transformados para reflejar cada vez más la imagen de Dios. Esta transformación es obra del Espíritu, que nos hace pasar de un grado de gloria a otro.

Paráfrasis de 2 Corintios 3:18

escucha

¡Alabado sea el Señor!

¡Alabado sea el Señor desde el cielo! ¡Alabado sea Dios en las alturas! ¡Alabad a Dios, todos nosotros que somos sus mensajeros! ¡Alabad a Dios, todos los que componen sus fuerzas celestiales! Sol y luna, ¡alabad a Dios! Todas las estrellas brillantes, ¡alabad a Dios! Cielos altísimos, ¡alabad a Dios! ¡Hagan lo mismo, aguas que están sobre el cielo! Que todas ellas alaben el nombre delSeñor ¡porque Dios dio la orden y fueron creados! Dios los fijó para siempre y para siempre. Dios hizo una ley que no será quebrantada.

Salmo 148:1-6

piensa

El Salmo 148 es como un coro gigante formado por todo lo que Dios ha creado, desde las estrellas del cielo hasta los océanos y las montañas. ¡Incluso los ángeles y los seres celestiales se unen a él! Este salmo nos recuerda que Dios hizo todo con un propósito: alabar a Dios. Cuando crecemos en Jesús, nos unimos a ese asombroso coro, que puede incluir la emisión real de sonidos como los de los pájaros o las ballenas, pero también puede incluir otros tipos de belleza. Por ejemplo, piensa en cómo brillan las estrellas sin decir una palabra. Del mismo modo, cuando nos acercamos a Jesús, nuestras vidas reflejan el amor de Dios, y nos unimos al asombroso coro. Cada palabra amable, cada acto de perdón y cada oración que rezamos se suman al coro de alabanza. Crecer en Jesús no consiste en ser perfecto. Se trata de confiar en que Dios obrará en nosotros para que crezcamos más a imagen y semejanza de Jesús.

Nathaniel Aram Warne Adishian

Pregunta para reflexionar:

¿Qué dones y talentos puedes aportar al Reino de Dios?

Ora

Señor, ayúdame a reflejar tu gloria y a hacer un ruido alegre como parte de tu coro.

Una forma de hacerlo es…

Amén.

Ve

Dios nos eligió de antemano para que fuéramos modelados a semejanza del Hijo de Dios, para que Jesús fuera el primogénito entre muchos hermanos y hermanas.

Paráfrasis de Romanos 8:29