Tiempo Ordinario
Cristo nos ama, y nos ha librado de nuestros pecados derramando su sangre, y ha hecho de nosotros un reino; nos ha hecho sacerdotes al servicio de Dios. (Extraído de Apocalipsis 1:5-6)
Le contestó Pilato: ¿Acaso yo soy judío? Los de tu nación y los jefes de los sacerdotes son los que te han entregado a mí. ¿Qué has hecho?
Jesús le contestó: Mi reino no es de este mundo. Si lo fuera, tendría gente a mi servicio que pelearía para que yo no fuera entregado a los judíos. Pero mi reino no es de aquí.
Juan 18:35-36
Soy fiel creyente de que, en medio de la obediencia, alcanzamos bendición, pero, en ocasiones, me desespero al no comprender la magnitud del plan de Dios para mi vida. No sé si te ha pasado, pero me parece que Dios es experto en los giros inesperados, especialmente, en procesos de injusticia. Su plan de salvación, por medio de Jesucristo, extiende su reino para alcanzarnos, a simple vista, puede parecer una locura. Es decir, enviar a su único hijo a morir por nuestros pecados, en una muerte de cruz que fuera sentenciada por una injusticia, parece serlo. Definitivamente, ¡suena como una idea fuera de este mundo! Mientras los acusadores de Jesús procuraban una sentencia de muerte, Él admitía ser Rey y solo se enfocaba en compartir su misión no importando tal injusticia. No se enfocaba en la circunstancia, se enfocó en permanecer en su propósito. Hasta las injusticias utiliza Dios para demostrar su eterno amor por la creación. Nos toca a nosotros ser obedientes y comprender que no podremos tener una revelación completa sino es por medio de Cristo, quien debe ser nuestra mayor influencia hoy.
Wilfredo Mercado Reyes
Pregunta para reflexionar: ¿Podrías permanecer obediente ante una injusticia por causa de Cristo?
Jesucristo, autor y consumador de mi fe, tu gracia me alcanzó y me dió libertad.
Estoy agradecido por tu regalo inmerecido. ¡Amén!
Irradia su luz y comparte la verdad.
Vive dignamente y alcanza su plenitud.
No te conformes, responde a su llamado.
¡Eres hijo del Rey de reyes!